En el libro Aporías de la democracia se pregunta sobre algo de aquello que de forma generalizada ocurre hoy en el seno de las democracias occidentales, modelos acaso ya obsoletos de la vieja democracia representativa y liberal. Democracias donde por una lado se vota, parece, de forma “i-reflexiva”; a personas, partidos políticos o movimientos sociales que expresan un modo de vida aparentemente poco democrática; esto es, un modo de vida que rechaza estar mezclado con el Otro; un modo de vida que detesta al migrante en todas sus formas; que rehúsa una economía abierta, solidaria y cooperativa, que persigue, en definitiva, más “mano dura” contra todo lo que atente contra los valores identitarios. Y por otro lado, se reivindica que el carácter representativo tiene que dar pasos adelante, también gracias a las tecnologías, avanzar hacia una democracia en donde el co-diseño de ésta por parte de los ciudadanos sea fundamental y absolutamente necesario para salvar lo que aún queda de democrático en este simulacro actual que es la democracia del Capitalismo neoliberal.